Etimologías

La etimología de las palabras, nuestras observaciones etimológicas, constituye uno de los atractivos, si no el principal, de la valoración de los lingüistas por la sociedad. Esto es curioso porque los etimólogos no suelen tener buena fama entre los lingüistas. A lo mejor es que son lingüistas frikis de pata negra. El origen de las palabras es con demasiada frecuencia incierto, oscuro o ambiguo, de forma que las soluciones que nos proponen nos parecen a los demás profesionales producto de un quiebro de prestidigitador más que resultado de una investigación rigurosa conforme al método científico. Si echan un vistazo a los planes de estudio de las facultades de Filología verán que hay asignaturas que se llaman Sintaxis o Fonología o Semántica, pero es rarísimo que exista una Etimología. Digamos que la etimología viene a ser como la física recreativa, algo que está bien para entretener a la gente, pero que no acaba de ser respetable. ¿De dónde viene Garbí, una sierra cerca de Valencia?: del árabe garb, “poniente”; claro que también podría venir del vasco garbi, “puro”. ¡Pues sí que estamos bien! Es como si el químico al que acabamos de pedir que analice un brebaje de aspecto sospechoso nos dijera: bueno, parece zumo de piña, pero también podría tratarse de una solución de cianuro potásico. ¿Y qué pasa con alumno?: pues que hay quien interpreta a- como un prefijo privativo y postula a- + lumen (“luz”), o sea “el que carece de luz”, aunque realmente viene del verbo alere que significa “criar”, es decir “criado, educado”. Lástima que lo falso se ajuste a la realidad mucho mejor que lo verdadero porque los que tenemos alumnos sabemos que de luces, lo que se dice de luces, andan escasos, pero que, desde luego, educados, no se puede decir que sean.

Esta atracción irresistible que ejerce la etimología sobre el personal ha sido aprovechada por algunos grandes divulgadores de la ciencia para hacer sugestivos sus escritos. En ello fue maestro el filósofo Ortega y Gasset, quien construía sus artículos a base de un razonamiento etimológico, no siempre correcto, pero que inevitablemente encandilaba al lector, como cuando sostenía que “no es que en la vida se hagan proyectos, sino que toda vida es en su raíz proyecto”, pues proyecto viene de proyectar y la vida es un proyectil que tiene que elegir su blanco. O aquel otro en el que concluye “hay, pues, una perfección que se conquista a fuerza de limitarse” porque perfecto es originariamente lo concluido, lo finito. El que quiera saber más que acuda a los excelentes libros de Ricardo Senabre y de Concha D’Olhaberriague sobre el particular.

Vamos, que la etimología es como un sucedáneo de la filología, digamos que viene a ser el café de cebada y achicoria que reemplazaba al café café en los negros tiempos de la postguerra. Con un matiz, eso sí, y es que las etimologías disparatadas no son sombrías, sino festivas, un verdadero chollo para la lingüística friki. Apunto una perla de Pablo Iglesias dirigiéndose a Artur Mas en un mitin durante las pasadas elecciones catalanas: “Usted no es un indígena, es un hombre blanco haciendo el indio”. Lo curioso es que indígena significa precisamente “de allí” e indio alude a la India (porque Colón creía haber llegado al continente asiático), de forma que lo que le está diciendo a Mas es que viene a ser una especie de extraterrestre, un catalán que parece de Marte. Pero estos dislates etimológicos que revelan la verdad profunda de las cosas se encuentran por doquier. Claro que Junts pel sí es un nombre curioso y que se contradice con el hecho de que el partido del president, su principal impulsor, se haya apresurado a quitarse de encima la parte de Unió que lo caracterizaba,

Pero tampoco deja de ser un sarcasmo que el Partido Popular haya llegado a ser el más impopular de todos (no hay más que ver la valoración que merecen sus líderes a los ciudadanos) o que Podemos se esté quedando en pudimos y así sucesivamente. No hace mucho lo que estaba de moda era una versión light para ejecutivos del Oráculo Manual, ese breviario de Baltasar Gracián en el que se dan consejos para triunfar –léase “trepar”– en el mundo. Ahora, en estos tiempos locos que corren, las frases de Ortega acabarían siendo trend topic de twitter casi todos los días. Los mismos perros con distintos collares. La suerte que tienen los políticos es que no vivimos lo suficiente como para darnos cuenta de que todo lo que está pasando es un grotesco dejà vu.

2 Comentarios

  1. COVADONGA LOPEZ ALONSO escribió:

    Gracias, Angel, una vez más tratas con profundidad y dosis de ironía un tema tan interesante como la etimología. Excelente el comentario sobre P. Iglesias

    18/01/2016
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    • Ángel López García-Molins Ángel López García-Molins escribió:

      Gracias, Cova, ahora me entero de tu comentario, ya ves qué vida loca llevo. O puede que esté en Babia y hasta en Babelia. Un abrazo

      04/02/2016
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